Combatiendo el Trastorno por Déficit de Naturaleza - Cómo reconectar a nuestros niños con la naturaleza

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En 2005, el periodista y autor Richard Louv lanzó una importante advertencia sobre el contacto cada vez más distante entre los niños y la naturaleza. Según él, los jóvenes pasan cada vez menos tiempo al aire libre y, en consecuencia, cada vez más tiempo en el interior. Esta falta de contacto con el mundo natural durante la fase de desarrollo podría generar problemas físicos y psicológicos para los niños, dijo.

Aunque todavía no es un problema reconocido oficialmente en el campo de la medicina, muchos profesionales de la pediatría y la psicología ya son conscientes del problema. “Trastorno por déficit de naturaleza” es el término acuñado por Louv para referirse a estos problemas. A continuación un breve testimonio en el que aborda el tema:

Desde su lanzamiento, el libro “Los últimos niños en el bosque: Salvemos a nuestros hijos del trastorno por déficit de naturaleza”, escrito por Louv, ha ido ganando atención y haciendo que este debate llegue al público en general. ¡Y la discusión es urgente! Los efectos de la urbanización, año tras año, con la reducción de las zonas verdes, la contaminación, la inseguridad ciudadana y la ausencia de espacios de ocio al aire libre, han dejado a las personas cada vez más imposibilitadas de contactar con el mundo natural.

La discusión es amplia y pasa por varias esferas de acción en torno al niño, involucrando a la familia, la sociedad, el Estado, el modelo educativo y los cambios culturales. Este último es quizás uno de los mayores obstáculos, pues mientras tengamos una Visión del Mundo que nos diferencie de la naturaleza, y no como Interseres participantes y dependientes del todo, difícilmente se podrá avanzar hacia cambios estructurales más profundos.. 

 

Biofilia X Biofobia

El término “biofilia” significa literalmente amor a la vida. Fue popularizada por el biólogo y ecologista estadounidense Edward O. Wilson en su libro del mismo nombre, publicado en 1984. El autor propone la “hipótesis de la biofilia” y afirma que los humanos tienen una tendencia innata a buscar conexiones con la naturaleza y otras formas de vida. Según él, esta característica está incrustada en nuestra biología y forma parte de nuestra evolución como seres que desarrollaron sus sentidos en medio del contacto con la naturaleza.

La simple observación de un niño jugando en la naturaleza lo hace muy evidente. Instintivamente, el niño buscará interactuar con otras formas de vida y “experimentar” la naturaleza con sus sentidos.

Sin embargo, lo que vemos avanzar es precisamente el estímulo contra la biofilia en nuestros hijos. La biofobia es literalmente el miedo a lo que está vivo y el desprecio activo por todo lo que no está hecho ni condicionado por el hombre. El profesor y autor David W. Orr define el término como "el impulso culturalmente adquirido de afiliarse a la tecnología, los artefactos humanos y los intereses exclusivamente humanos en relación con el mundo natural".

Gran parte de este estímulo biofóbico proviene de los padres y familiares, quienes a menudo ven a la naturaleza como una amenaza para sus hijos, prefiriendo que jueguen en un entorno “seguro”.

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Photo by Robert Collins on Unsplash

¿Cómo podemos empezar a solucionar el problema?

Al igual que el libro de Louv, la película “El comienzo de la vida 2” es una gran referencia para empezar a pensar en el problema. Se aborda y amplía el debate sobre el déficit en contacto con la naturaleza. La producción brasileña profundiza en la investigación de las causas y consecuencias de este problema en el desarrollo infantil. Con base científica y testimonios de expertos, la película deja claro cómo el contacto con la naturaleza beneficia el desarrollo de los más pequeños y también da lugar a una relación de respeto y cuidado por el medio ambiente que durará toda la vida.

Pero la película aún levanta una bandera importante de participación pública y comunitaria en este debate. Es fundamental que el acceso a la naturaleza sea una política pública impulsada por las ciudades, con la creación y mantenimiento de áreas verdes y parques, así como escuelas, para que ofrezcan espacios verdes y actividades cotidianas en contacto con la naturaleza.


¿Qué hacer? ¿Cómo podemos animar a nuestros hijos a tener más contacto con la naturaleza?

Es deber no solo de los padres, sino de toda la comunidad velar por que nuestros niños tengan un desarrollo pleno y oportunidades plenas de contacto con la naturaleza. A continuación se presentan algunas ideas sobre cómo podemos estimular y acercar a nuestros hijos a la naturaleza:

- Sacar a los niños a pasear por parques, plazas, áreas al aire libre, por lo menos dos veces por semana. Busque espacios verdes cerca de su hogar;

- Disponer en casa de pequeños espacios naturales, como huertas donde los niños puedan observar, interactuar y aprender con las plantas;

- Para las familias que tengan la posibilidad de viajar, programar viajes que tengan como principal objetivo el contacto con la naturaleza;

- Leer libros que despierten en los niños el interés por la naturaleza. Libros ilustrados de plantas y animales, libros para colorear, cuentos que se desarrollan en la naturaleza son buenas indicaciones;

- Dialogar con el gobierno local para que se creen, amplíen y mantengan áreas verdes en su barrio;

- Dialogar con las escuelas para que tengan espacios verdes y ofrezcan actividades al aire libre para los niños;

- ¡Predicar con el ejemplo! Ningún niño se interesará por la naturaleza si los adultos que lo rodean no lo hacen.

 

¿Qué más podemos hacer para reconectar a nuestros hijos con la naturaleza? Deja en los comentarios sugerencias o ejemplos de cómo has hecho para acercar a tus hijos al mundo natural y fomentar el juego al aire libre.

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